Gritos al silencio

Mientras vivía

Hace unos días, me comentó un amigo que se sentía viejo. Tantas y tantas veces me he sentido yo así...

Es una situación muy extraña. No te sientes viejo porque tu edad alcance un número determinado, sino por cualquier otro motivo, que a mi modo de ver, es mucho más importante que el mero hecho de cumplir años. Es quizá sentirte sólo en algún momento, ver que tus sueños se truncan, o a lo mejor, sentir que la persona que deseas ya no está contigo... O lo que es peor, saber que no va a estarlo más.

No se si tú te referirías a alguno de estos motivos o a cualquier otro... ¿Sabes? Echo de menos la parte amiga que había en ti, con la que nos hemos reído tantos ratos. Que te sinceres, o no lo hagas, pero echo de menos el poder al menos aspirar a ayudarte. Nuestra relación cambió hace hoy cinco meses. Cinco meses después, echo de menos que no estés a mi lado, aún estándolo.
Quizá el haber cambiado la situación hace que jamás volvamos a ella. Que ya nunca más podamos volver a ser amigos. “Nunca”... que palabra más desagradable. De todo corazón espero que no sea así, puesto que a la vez que he sufrido muchos desengaños, y en todos he sentido que la vida se me escapaba de las manos, que avanzaba mucho más de lo que yo abarcaba. A la vez que me ocurría todo eso, he aprendido que valorar lo que tienes cuando ya lo has perdido, es inútil. Y que toda persona tiene muchas cosas buenas, sólo hay que aprender a mirar a cada uno del modo que se merece.

Quizá esto te ayude. Quizá no. Quizá ayude a alguien... Quién lo sabe.

Ojalá tuviera la verdad universal, pero lo siento... Sólo son cosas que aprendí mientras vivía.

Silencio

Un silencio abrumador que rodea mi vida, y que no tiene intención de irse.

Convivir con él y aceptar tantas y tantas cosas que jamás pensé, ni en mis peores pesadillas, que iba a vivir.

¿Por qué el silencio es hermoso sólo cuando se desea? ¿Por qué cuando no lo deseas se convierte en el bullicio más atronador jamás visto?